Todos los años, hay un día de Agosto en el que está nublado o incluso cae la típica tormenta de verano, y ese es hoy. Aunque como dicen los viejos del lugar “eso es pa hacer mas caló”, un oasis de fresco en el sofocante mes de Agosto, la verdad que se agradece.
Cuando estaba estudiando era el día que mas me gustaba, de hecho también era el día que menos estudiaba. La biblioteca me quedaba algo retirada, y los caminos de ida y vuelta se hacían eternos, sobre todo los de mediodía. No es que fuera el mejor sitio para estudiar dado el bullicio que había casi siempre, pero por lo menos se estaba fresco, que antes no había aire acondicionado en casa y el ventilador no daba para más.
Los días así nos los pasábamos en los bancos de la puerta, era como el día de recreo, disfrutando del fresco e intentando no pensar en que los dos o tres días siguientes las íbamos a pasar canutas con el bochorno que traería esto. Pero bueno, era el día de comentar como se llevaban los exámenes, a cuantos te ibas a presentar,… porque conocías a mucha gente de vista, de estar ahí casi todos los días, pero no hablabas con muchos más que lo justo en el café o los descansos, y ese era el día de socialización. Algun@s eran tan exagerad@s, sobre todo chichas, que hasta se ponían una chaqueta fina o rebeca porque “hace frio”. Con lo bien que sentaban esos “repeluses” de fresco, sobre todo cuanto hace dos días habías estado hasta las 3 ó 4 de la mañana dando vueltas en la cama para poder conciliar el sueño.
Aunque ya no esté estudiando, los días como hoy siguen siendo algo “especiales”, y para mí son como un día diferente de verano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario