jueves, 21 de noviembre de 2013

El “León Blanco”

El otro día leyendo la prensa vi este artículo que me llamó mucho la atención. Mientras lo estaba leyendo me venían a la memoria películas como el principio de Rambo 3 o alguna de las de Van Damme, donde pelean en lugares remotos con luchadores locales. Historias de gente solitaria viviendo ajena a toda nuestra rutina consumista y ajetreada, su vida es su pasión y su casa el mundo. Historias que parecen de película, pero que son más reales y crudas que las que aparecen en la pantalla.

Juan quizá sea uno de los herederos de aquellos aventureros descubridores de mundos exóticos y peligrosos. Un Núñez de Balboa o Bartolomeu Dias moderno, que rompe las barreras que pudieran quedan en esta aldea global.

El 'león blanco' que triunfa en África

El luchador canario Juan Espino, alías 'El Trota II', levanta pasiones en Senegal


"La lucha hace que un país crezca". En Senegal se practica una de las luchas más auténticas del mundo. Por historia, religión o misticismo. El objetivo es simple: derribar al contrario. Está permitido golpear, pero nunca por debajo del ombligo. Nadie lleva guantes, tampoco protector bucal. El adversario ha perdido cuando su cabeza, espalda o nalgas toquen la tierra, una arena que antes del combate el marabú, líder espiritual, ha expulsado a los malos espíritus de allí, para evitar que lleve por el camino del deshonor a los contrincantes.

Cada luchador canta y baila antes de la pelea para intimidar a su rival. Ambos son jaleados por sus seguidores. Las 50.000 localidades del estadio Demba Diop de Dakar pueden llenarse para ver una de las batallas. Una reverencia a los jueces y listos para comenzar.

Juan Espino es estibador del Puerto de Las Palmas de Gran Canaria, tiene 33 años, pesa 140 kilos y mide 196 centímetros de altura. Es un ídolo de masas en Senegal, un país que se paraliza con su deporte nacional: la lucha 'laamb', en el idioma wolof. Allí los luchadores ganan cientos de miles de euros mientras que más de la mitad de la población está por debajo del umbral de la pobreza. "Son tratados como héroes. No es comparable con nada", afirma Espino en una entrevista con el programa de radio 'El Rebumbio'. Él es el primer y único luchador no nacido en el país con licencia para poder pelear allí. Es conocido como 'león blanco'. Nadie ha sido capaz de tumbarle. Aún le queda pelear contra los diez mejores pero los promotores de 'laamb' le ven dentro en poco menos de un año. Allí además ha sido nombrado embajador de interés cultural. En Dakar, es una eminencia. Copa portadas de periódicos, programas de televisión, ejerce de hombre-anuncio, es recibido con escolta y a pie de pista en el aeropuerto.

Juan Espino se ejercita con varios compañeros senegaleses

Es un trotamundos de la lucha. 'El Trota II', como se le conoce en honor a su padre y del cual reniega tras ser condenado por narcotráfico, se distingue por la cantidad de deportes de combate que practica por todo el planeta. Puntal en Gran Canaria, campeón en Europa, luchador en Corea, personaje en Brasil y figura en Senegal. Practica cerca de 16 modalidades de lucha distinta. Jiu jitsu, valetudo, ssirum, celta o grappling, entre otras. Es sin duda un luchador universal y cuenta con un palmarés inabarcable.

Hace tiempo que decició que la canaria no sería su única lucha. Siempre busca sensaciones nuevas. Hace unas semanas regresó de EE UU, donde durante un mes ha estado entrenándose con el 'American top team', un prestigioso equipo de Miami que practica varias modalidades luchísticas. Tiene en proyectos entrenarse, invitación y reclamación mediante, en Mongolia, como anteriormente hizo en Japón, Turquía o Rumanía. Juan encuentra motivación en los retos y desafíos que continuamente se marca. "Afortunadamente, puedo vivir perfectamente de lo que ingreso como deportista profesional y eso me da una gran libertad a la hora de elegir, dentro de la disciplina que debo seguir en entrenamientos, disciplina y hábitos de vida. El coste personal es altísimo, pero compensa", reconoce.

Se ha acostumbrado a regresar a casa en silencio, en medio de la indiferencia y cargado de medallas que en otros países son motivo de homenajes.

Fuente: La Verdad

sábado, 2 de noviembre de 2013

No vuelvo a ir a Benidorm

Jejeje, es mentira. Pero el título de la entrada anterior, y las canciones de Los Nikis, lo ponían a huevo. El caso es que si en la anterior indicaba mi ida al Iberia Festival de Benidorm, con ésta comentaré un poco como fue el concierto y el finde.

Por lo que respecta a fuera del festival, la verdad que mucho ambiente de concierto o festival no había, al menos así a primera vista o de forma llamativa. Quizá porque los asistentes a este evento pudieran ser más discretos o “casual” de los de otros, pero el caso es que no se veía a gente con camisetas de alguno de los grupos por la zona de tiendas y bares del centro. Y ya no digo por el paseo de la playa de Levante, donde el extranjero parecías tú, como si estuvieras en Inglaterra, flipante.

Tras dejar las cosas en el hotel, fuimos a dar una vuelta por la zona turística de tiendas y bares. Mirando sitios donde comer, nos paramos en uno al azar en una calle amplia peatonal donde las mesas de los bares estaban en el centro de la calle, y mientras mirábamos la carta para ver que tenían, el camarero nos pregunta que si somos españoles !!! Le decimos que si, y mirándome a mí nos dice que creía que éramos de fuera. Todo fue ya diferente, nos dijo que tenía un sitio mejor, sólo para los españoles, y nos llevó atravesando el bar a una calle trasera muy tranquila donde tenían otra pequeña terraza en la que daba la sombra y corría una brisa fresquita. Ni punto de comparación con el torrao que había en la terraza delantera. El sitio no se ni como se llama, pero si voy otra vez repito fijo, la comida buena y el trato de pm.

Después, seguimos de ruta turística hacia el balcón del Mediterráneo y la Iglesia de San Jaime, para seguir por el paseo de la playa de Levante hasta el Heartbreak Hotel Spain. El Heartbreak es un bar de ambientación americana, paredes llenas de carteles, portadas de discos, guitarras y demás  firmadas por los miembros de los grupos,… la verdad que lo mejor es que le echéis un vistazo a su web para haceros una idea. No es difícil ver algunas Harleys en la puerta, y en el que tienen material del club motero de por allí. El bar es una pasada, y la música para que decir, además de tener una amplia carta de cervezas de varios países. Yo estaba tan a gusto, que si no hubiera sido por el concierto me hubiera quedado allí toda la tarde noche. Y aquí otra anécdota, nos habíamos pedido la segunda copa, cuando la camarera nos regala un mojito o algo así, miramos alrededor y volvíamos a ser los únicos españoles del lugar.


Aunque con algo de pena por mi parte por no poder estar más tiempo ahí, un sitio así no hay por aquí y había que saborearlo, el concierto nos esperaba. Así que al hotel a descansar un poco, una ducha y al tajo, que al final llegábamos tarde.

El festival comenzaba a las 17:00, y nosotros al final llegamos a las siete y poco, por lo que nos perdimos a Cat Club, La Guardia y parte de La Frontera. A mi personalmente no me importo mucho, ya que cuatro días después iba a volver a ver a La Guardia y La Frontera en Lorca, pero a los Cat si que me hubiera gustado verlos por lo que he podido ver por internet de ellos. Pero es que a la cinco era muy temprano. Por lo menos de La Frontera si que oímos las más destacadas, además de aprovechar para ir a comprar unas camisetas y ver la zona de puestos.



Después tocaba Jaime Urrutia y era uno a los que más quería ver, ya que era al único que no había visto nunca, ni en solitario ni con Gabinete. Y la verdad que no me defraudó, hizo un muy buen concierto para el tiempo que tenía. Sobrio en el escenario, con atril junto a él y con esa voz tan particular que tiene. No faltaron en su repertorio Tócala Uli, Camino Soria, Cuatro rosas, Al calor del amor en un bar, Golpes, La culpa fue del cha-cha-cha o Donde estás. Me hubiera gustado que tocara La sangre de tu tristeza o Caray, que no recuerdo que las tocara, pero para una hora que pudo estar, el repertorio estuvo muy bien. A mí fue de los que más me gustó, incluso a quienes venían conmigo, que en principio era a quien menos les llamaba la atención.

El siguiente era Nacha Pop, y fue el que tuvimos que sacrificar para ir a cenar algo, ya que los siguientes eran Rebeldes, La Unión, Loquillo y M Clan del tirón y entre unos y otros queríamos verlos a todos. Yo por lo menos ya los había visto en 2008, con Antonio Vega aún en la banda (pocos meses antes de morir), y en un festival así es casi imposible poder verlos a todos sin sacrificar a alguno, y en este toco a Nacha Pop. Aún así nos dio tiempo de oír La chica de ayer.

Repuestas las fuerzas, llegó el turno de Rebeldes, de los que a pesar de lo que he podido leer por internet, esperaba más. Se presentaban en el festival con el que iba a ser su nuevo disco de estudio, 123 acción, estrenando en primicia el primer single La libertad crea adicción. Este quizá fuera el grupo que personalmente más me defraudó, tuvieron muchos problemas con el sonido y hubo momentos en los que Carlos se ponía a hacer solos de guitarra y ya no sabías si estaba en la misma canción, estaba con otra o si estaba pensando que estaba sólo en su estudio probando sonidos. En alguno de esos arrebatos tocaba trozos de Los Monster o el Super Agente 86. Pero no todo fue negativo, es lo que tienen los grupos que fueron, que sólo tirando de clásicos pueden hacer un concierto muy bueno y levantar a la gente aunque no todo esté a favor. Así junto al estreno de dos canciones del nuevo disco, el primer single y una balada, y el único cameo de la noche en el que Leslie de los Sirex  se subió al escenario para colaborar en Baila el Twist, no pudieron faltar Un español en Nueva York, Mi generación, Rebeca o Mediterráneo que conectaron con el público e hicieron que dejaran un buen sabor de boca global.





Ya en la medianoche fue el turno de La Unión. Personalmente, y contando que me gustan muchas de sus canciones, fue el grupo que no entiendo que pintaba en este festival. Vale que por época puede ser coetáneo de todos o casi todos, pero es que el rollo disco-tecno que llevan ahora pega poco con un festival del Rock. Pero lo cortés no quita lo valiente, y la sensación que me dio al principio de que el público estaba muy frio y que tampoco entendía como podían haber puesto a La Unión en este festival y en ese orden de concierto se fue disipando conforme pasaban las canciones y sobre todo los grandes éxitos. Vale que es como si Rafa y sus chicos estuvieran versionando al disco sus propias canciones, es la sensación que a mí me daba, pero dieron un señor concierto. Desde el principio Rafa no paró de animar al público, de bailar y sobre todo sonreír, y consiguió que la gente se implicara y realmente viviera el concierto. Los singles iban cayendo uno tras otro: Maracaibo, Lobo hombre en Paris, Sildavia, Vivir al este del edén, Más y más, Ella es un volcán o Vuelve el amor dejando un muy buen sabor de boca al final del concierto.





Llegaba el momento que muchos estábamos esperando, Loquillo, y la verdad personalmente me dejó con falta de algo. Que conste que lo que aquí voy a contar es opinión propia y que, como los culos, cada uno de los allí presentes tendrá la suya. Opinión que pude confirmar, tras haberlo visto dos veces en siete días en dos conciertos totalmente distintos, en cuanto a escenificación y número de público, que no en cuanto a setlist.

Durante todo el festival, entre grupo y grupo había un tiempo de descanso para preparar el escenario para la siguiente actuación, y aprovechado por quienes no querían perderse nada para ir al servicio, comer algo o recargar la bebida. Tiempo que finalizaba con una cuenta atrás de 5 minutos en las pantallas y la presentación del grupo correspondiente por parte de Chiquí Martí. Con Loquillo nada de eso ocurrió, es como si fuera un concierto aparte dentro del festival, ya que de golpe comenzó a sonar la sintonía que precede a los conciertos del Loco y al tajo. Esto hizo que a algunos los pillara en fuera de juego, incluso a los que estábamos esperando el comienzo sin habernos movido del sitio.

El setlist del concierto fue más o menos el siguiente: R&R actitud, El hijo de nadie, Línea clara, Planeta Rock, Memoria de jóvenes airados, Pégate a mí, El hombre de negro, Cruzando el paraíso, El rompeolas, Carne para Linda, Las chicas del Roxy, El mundo necesita hombres objeto, Feo fuerte y formal, Todo el mundo ama a Isabel, R&R star, La matare, Ritmo de garaje y Cadillac Solitario. Quizá me deje alguna y no estén en el orden exacto, pero es más o menos lo que recuerdo. De este setlist hay varias cosas que no me gustan:
-  Comienza tocando canciones que perfectamente podrían estar en una gira de teatros.
-  Para llamar a la gira “De vez en cuando y para siempre” y presentar las canciones de su último disco “La nave de los locos”, ni tocó esa canción y del último disco sólo hubo dos temas. No todas las del disco se tocan en directo, pero sólo dos? Para cuando alguna más, en la siguiente gira?
-  Para tratarse de una gira de presentación del último disco, hay incluidas demasiadas canciones anteriores al directo del 89. Que por mi parte y por la de todos los presentes genial, porque los clásicos son los clásicos, pero no se, hay alguno para el que ya le falta… tener la edad de entonces.

En general, como pude leer por las crónicas del concierto, Loquillo estuvo “flojillo”. Para mi perdió la oportunidad de dar un golpe encima de la mesa en el primer gran festival de Rock en español. Él siempre está reivindicando que debería haber más festivales de rock en español, sobre todo cuando hace unos años había bastantes festivales rock y heavys con grupos extranjeros. Para esta ocasión, en la que se presentaba como cabeza de cartel, creo que debería haber preparado un setlist especial para la ocasión, un setlist de verdadero Rock & Roll  que no diera tregua a los asistentes, ya que según él esta era la gira de vuelta al R&R, sobre todo después de sus últimos discos. Canciones como Maldigo mi destino (aprovechando que Leslie estaba en el evento, y ya han cantado juntos esta canción), Canción urgente, Ciudad muerta o Autopista y Rock suave de las clásicas. O incluir Veteranos, Treinta y tantos o Cuando fuimos los mejores, dada la edad de la mayoría de los asistentes al evento. Amén de canciones como Compañeros de viaje, La edad de Oro o Hermanos de Sangre, que pienso son mejores que algunas de las incluidas.

Todo esto lo digo porque pienso que no se deben tocar las mismas canciones y en el mismo orden en un festival como éste, con 6500 personas que han comprado una entrada por ver el concierto, a hacerlo siete días después en un concierto gratuito en las fiestas de un pueblo, donde como es normal hay gente que realmente irá a ver el concierto y quienes estarán ahí para ver que es eso porque es gratuito. Con esto no quiero decir que un sitio sea mejor que otro, pero pienso que el setlist de uno y otro sitio no puede ser el mismo, porque la implicación de parte del público no va a ser la misma, ni la atmosfera. Quizá para el concierto de Pulpí si que fueran más apropiadas esas canciones, con un inicio más tranquilo en el que se va incrementando ritmo y terminar con grandes éxitos, que son las que conoce la gente en general. Pero para Benidorm, donde había mucha gente del público que llevaba camisetas de Loquillo, ahí se debe dar algo más, ya que es un público que ha pagado por verlo y que quizá espera algo más que las mismas canciones que hemos oído en otras giras.

En definitiva, que a mí personalmente me faltó algo, y más cuando le he visto conciertos mucho mejores y más largos gratis, con mucha menos gente y tampoco hace tanto tiempo. Pero no todo puede ser malo, ya que es difícil hacer un mal concierto musicalmente hablando con la banda que tiene el Loco, un autentico Dream Team del Rock que hace que el sonido sea simplemente impresionante. Y luego claro está el Loco, que como siempre demostró su elegancia, chulería y sobre todo sus tablas en el escenario.





Para terminar, ya cerca de las 3 de la mañana, subieron al escenario los paisanos de M Clan, recién llegados de su gira por Argentina. Pese a que tras el término del concierto de Loquillo hubo gente que se marchó, aún había bastaste en el concierto para ser la hora que era ya, y las que se llevaban encima de concierto. Ellos se lo perdieron, ya que el de M Clan fue uno de los mejores de la noche. Mezcla de canciones de los últimos discos con los clásicos que les han llevado a estar arriba, Carlos sin parar de dar botes, una banda de lujo (aunque en menor número que en la gira Para no ver el final), y en una de las canciones Carlos bajó al ruedo (que se recorrió prácticamente entero) para cantarla entre el público.





En definitiva, el concierto estuvo de pm, es bastante difícil ver a tantos grupos de esa solera juntos en una noche y quien no pudo o no quiso ir no sabe lo que se perdió, o a lo mejor si. Con los videos que he insertado antes, el aftermovie oficial del festival y el reportaje de musicAlacant os podéis hacer una idea de cómo fue la tarde-noche.





Pero como todo es mejorable, hubo cosas que son casi imperdonables:

-  Es increíble que con el elenco de artistas que había reunidos en un solo lugar, no hubiera ni un solo cameo entre ellos. Hubo mucha gente que lo echó de menos, sobre todo entre Loquillo y Segarra, o con Urrutia, o lo que he comentado antes de Leslie con Loquillo. En 2005 en Águilas hicieron un festival llamado Vinilo Pop, con Los Limones, Rebeldes, Seguridad Social y Loquillo, y hubo varios cameos entre los tres últimos siendo el festival totalmente gratis.
-  Esta muy bien eso de los vasos reciclables para que la plaza no estuviera llena de basura, pero es que sólo había un único modelo de vaso. Ya que estaban podían haber puesto también vasos de litro, entre otras cosas para no tener que ir constantemente a la barra, eso en un concierto de Rock es básico. Amén de hacer alguna oferta o bono para 4 ó 5 bebidas y que pudieran salir un poco más baratas. Con tres bebidas tenias ya casi los 10 € de gasto.
- La zona de comida no estaba mal, y más teniendo en cuenta que la plaza está en zona urbana y se podía entrar y salir con las pulseras. La única pega es el acceso, sólo un pasillo de acceso que coincidía con uno de los aseos principales, por lo que el tapón que se montaba era importante, sobre todo entre concierto y concierto.

Terminado el concierto al hotel a intentar dormir algo. Al día siguiente, porque no se puede decir que fuera a la mañana siguiente, fuimos a la playa de Levante a dar una vuelta y buscar un sitio donde comer antes de volver a casa tras un gran fin de semana.

Y para terminar, no podía faltar la canción que da título a la entrada.