domingo, 28 de agosto de 2016

La banda sonora de mi vida

Todos tenemos canciones que asociamos a momentos concretos de nuestra vida, buenos o malos recuerdos, vivencias pasadas,… que cuando las volvemos a escuchar se nos vienen a la memoria. Todas estas canciones van conformando la banda sonora de nuestra vida, y que para aquellos que nos gusta la música ese listado puede ser más amplio que para otros. Y eso es lo que hoy comienzo, el día en el que precisamente publiqué mi primera entrada hace 7 años, por entonces en el blog de los apartados de Messenguer. Un proyecto que quería ir publicando en este blog desde hace tiempo, y por unas circunstancias u otras se ha ido retrasando hasta hoy. La publicación de entradas con estas canciones no irán todas seguidas, ni tan siquiera se irán publicando de manera cronológica, para no aburrir. Para encontrarlas de forma más rápida en la parte superior hay una página con los enlaces a las ya publicadas.

Y como aunque no las ponga de manera cronológica lo correcto es empezar por el principio, así haremos.

No recuerdo el año exactamente, sólo que aún estaba en el colegio y era no mucho antes de 1989, cuando tuve mi primer walkman seguramente fruto de algún regalo de cumpleaños o santo. Un walkman PDM que venia con 8 cintas vírgenes de regalo en las que grabé mi primera música, en su mayoría de la radio. De entre los vagos recuerdos de qué podría haber en esas cintas, sólo se me viene a la memoria algunas canciones sueltas de The Communards, un grupo ingles liderado por Jimmy Somerville de finales de los 80 y que apenas publicó un par de discos.

Esas canciones me las grabó mi vecino, que era unos cuantos años mayor que yo y ya disponía de un casete con doble pletina, que por entonces eran palabras mayores para los zagales de mi edad. En aquellos años el acceso a la música no era tan fácil como ahora, y oír música de “mayores” no era tan normal entre zagales de colegio. Aún se llevaban grupos infantiles tipo Parchís, pero yo por aquellos años ya empezaba a oír música que por mi edad no era tan normal, ya que mi padre regentaba un bar en la zona de marcha y fue ahí donde empecé a empaparme de música.

Y sin duda, la canción más mítica de The Communards y que seguro fue una de las que me grabó mi vecino fue esta: Don’t Leave Me This Way