Hoy en día, ante las presiones familiares, tengo que poner el belén antes para que no esté cuatro días puesto. Tampoco puedo ponerlo este día la mayoría de años, ya que el trabajo me impide que realice lo que antaño fue un ritual. Lo que no varía es que sigo viendo como el gordo le toca a otros, aunque tampoco ya desde el brasero, que con la nueva casa pasó a mejor vida, igual que la mesa camilla.
Aunque quizá estas fiestas se han vuelto muy comerciales, y la verdadera esencia de la Navidad se haya perdido (al menos en las ciudades), a mi me sigue gustando que lleguen estos días. La luces, el ir y venir de la gente comprando regalos, las felicitaciones, ir a ver los belenes,… un poco todo junto.
Que paséis felices fiestas y un buen final de año.
Mi belén |
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