domingo, 3 de junio de 2018

Como El Lute

Hace bastante tiempo que no escribo una entrada más personal, y no sólo partes de secciones que se han hecho fijas. Que también son personales porque son una parte de mi y mis gustos, pero una que no pueda tener otra parte mas adelante. O eso espero.

Hace algo más de un mes tuve un percance en el trabajo, una caída tonta y que no pensaba fuera a tener esta repercusión. Como la mayoría de caídas al principio te duele bastante la parte afectada, sobre todo cuando se va enfriando, y esperas que no sea gran cosa. En mi caso la zona afectada era la muñeca derecha, y apenas podía mover la mano. Lo primero que esperas es que sólo sea un esguince, y que en una semana o dos como mucho todo vuelva a la normalidad, pero no fue así. Tras avisar a los superiores, directo a la mutua y la radiografía desveló el motivo del dolor: fisura en el cúbito, cerca de la muñeca. En menos de dos horas estas ya con el brazo escayolado y preguntándote como narices podías haberte hecho eso.

Y para más inri en tu brazo dominante, por lo que entre el dolor, la postura en la que tienes que poner el brazo y que no paras de darle vueltas a la cabeza de cómo ha ocurrido, pasas una noche horrible. Pero lo peor llega al día siguiente, cuando compruebas que ahora vas a tener que hacerte zurdo, porque algo tan sencillo como abrir un cartón de leche o la bolsa de magdalenas se convierte en algo casi imposible.

La mañana empieza bien desde bien temprano, olvídate de lavarte la cara como normalmente haces, a partir de ahora te convertirás en un gato. Y eso sólo el aseo básico, porque las duchas son un circo. Te lías el brazo como si fuera una morcilla de burgos, para más seguridad le pones una bolsa, y ya dentro ten el brazo levantado para evitar que el agua que corre por la parte superior del brazo no caiga dentro de la escayola. Pero el sumun de todo es secarse. He llegado a pensar si no sería mejor ir en bañador a un túnel de lavado, por lo menos el secado y abrillantado están incluidos.

El desayuno es duro, pero la verdadera prueba de fuego es la comida. Probad a comer un día con vuestra mano no dominante, veréis que divertido. Dependiendo del menú el reto es aún mayor, porque si pinchar puede ser fácil, el equilibrio con la cuchara requiere ya de más de una semana de control y varias manchas. Y de que algo salga disparado por voluntad propia, gracias a movimientos espontáneos. De cortar olvídate, necesitas ayuda si o si, a no ser que quieras presentarte al casting de Lobo II. Eso si, las digestiones las harás bien, porque tardaras mucho en comer y a veces hasta te aburrirás.

Que la escayola esté en el brazo dominante es lo peor, porque si bien asearte o comer es algo complicado, hay cosas que así son imposibles. Lo principal escribir, es imposible que por mucho que practiques aprendas a escribir con la otra mano en un mes o dos. Ni firmar si quiera, y precisamente ahora han surgido cosas donde he tenido que firmar varias veces, por llamarlo de alguna manera. Otra es afeitarse, que requiere de un pulso tanto o mas fino que escribir, y que en la otra mano no tienes ni de coña. Consecuencia, por primera vez en mi vida llevo barba más allá de la barba de una semana o así por vagancia. Recortada por la parte de abajo para que quede algo curioso, eso si, con una maquina eléctrica de afeitar que es mas seguro. Se que preguntareis que porque no lo hago todo con la eléctrica. Muy sencillo, como la escayola no es algo que uno prevé o planifica, cuando ocurrió ya tenia una barba lo suficientemente larga como para no poder hacerlo con una maquina eléctrica casera.

Otra rutina para lo que viene bien una maquina en estos casos, es cepillarse los dientes. Con uno normal puedes hacerlo, pero no harás presión y siendo tanto tiempo es mejor uno eléctrico.

De lo peor que llevo es necesitar ayuda para casi todo, y no ser yo quien ayude en casa, sobre todo con mis sobrinos. Cuando sabes que vas a quedarte solo durante un tiempo, tienes que pensar que puedes necesitar, incluso para algo tan sencillo como ponerse los calcetines.

Con el paso de los días y semanas, todo se vuelve más “normal”, e incluso vas haciendo alguna cosa que al principio te resultaba imposible. Aprovechas el tiempo para hacer cosas más sedentarias para las que normalmente no tienes tiempo, o para quedar con gente y hacer planes tranquilos. Aunque en teoría puedes ir donde quieras porque no te afecta para desplazarte andando, tampoco es totalmente cierto. Estas de baja laboral, por lo que debes cuidarte y evitar acciones que puedan empeorar tu situación, lo que ha hecho que me pierda los últimos partidos de liga y el play off. No es muy recomendable acudir a grandes concentraciones, nunca se sabe lo que puede ocurrir.

Durante estos días surgió el debate sobre que resulta más engorroso, si una escayola en una pierna o en una mano. Ya puedo decir que he sufrido ambas, aunque la de la pierna la pasé hace bastante tiempo y casi ni me acuerdo, pero tal y como se esta desarrollando esta, con una en la pierna podría hacer casi más cosas que ahora.

Y aquí estamos, como suele decirse en el banco de la paciencia, esperando que pase el tiempo, quiten la escayola y empecemos la rehabilitación. Que después del tiempo que va ya, y de haberme librado del quirófano de momento, resulta hasta un poco pesado para como se produjo. Ahora somos un poco el chiste fácil de si pareces el manco de Lepanto, Napoleon o El Lute.

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