Entre los personajes del cortejo bíblico que procesionan hoy en el Paso Blanco, se encuentra Nabucodonosor II. Inspirado en el “Libro de Daniel”, representa el castigo que infligió Dios a su pueblo por no escuchar la voz de los que hablaban por él, es decir, de los profetas. Sin embargo, también enseña como Dios protege a los que le son fieles, creen y esperan en él como hasta los grandes de la Tierra se rinden ante la magnificencia de su poder.
La actual carroza, estrenada en 2006, representa la Puerta de Ishtar que puede verse en el Museo Pérgamo de Berlín. La Puerta de Ishtar era originalmente una de las 8 puertas monumentales (14 metros de altura por 10 de ancho) de la muralla interior de Babilonia, a través de la cual se accedía al templo de Bel, donde se celebraban las fiestas propias del año nuevo. El nombre de Ishtar lo recibe de la diosa del mismo nombre a la cual estaba consagrada, diosa de la fertilidad y el amor, pero también de la guerra. Considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, hasta que en el siglo VI dC fuera reemplazada en la lista por el Faro de Alejandría.
En ella aparecen Nabucodonosor, sentado en el trono, con sus consejeros Ariej y Aspenaz y sus esclavos. Está esperando la comparecencia del profeta Daniel, que ha de interpretarle el sueño de la estatua de oro, plata, hierro y barro, que resulta ser una alegoría de los imperios de la antigüedad.
La parte posterior de la carroza presenta al propio profeta Daniel alimentando el fuego del saber, acompañado de los tres jóvenes que arrojó el rey al horno ardiente por no haber cometido la idolatría de adorar una estatua de Nabucodonosor.
Por intervención divina, las llamas los respetaron y, desde ese momento, Nabucodonosor dará fe de las maravillas obradas por Dios en su presencia.
Delante de la carroza desfila la llamada infantería de Nabucodonosor, una banda de música que interpreta el Va Pensiero de la ópera Nabucco de Verdi, conocido como coro de los esclavos.
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