Parece que como en las grandes películas este virus se ha empeñado que haya segunda parte, y que por segundo año consecutivo no podamos sacar las procesiones a la calle. Sólo esperemos que esto no se convierta en una trilogía, y que el próximo año podamos volver a lucirnos en carrera, como hacemos siempre los blancos.
Es cierto que este año no es igual al pasado, que no estamos encerrados, que hay exposiciones en las cofradías, diversos actos y que hoy nuestra madre no está sola y como siempre tiene un manto de flores a sus pies, pero no es lo mismo. Falta la adrenalina de salir, los nervios de que todo este preparado a su hora y el respiro del final cuando todo ha salido bien.
Aunque para algunos, muchos incluso, esta Semana Santa está siendo casi normal para ellos. Si exceptuamos el toque de queda y las medidas de prevención a la hora de visitar los templos, para ellos el resto es totalmente normal. Las iglesias abiertas para hacer el paripé con sus mejores galas, las terrazas hasta arriba y ese ir y venir continuo de gente en las calles.
Sólo esperemos que estén siendo responsables y que, si todo va como debería, el próximo año podamos volver a salir. Aunque aún tengamos ciertas restricciones o se tengan que tomar ciertas medidas, pero que esa tan ansiada inmunidad de grupo sea ya una realidad que nos permita volver a hacer nuestra vida “normal”.
Lo que si es igual que el año pasado es el tiempo meteorológico, como no salimos pues no llueve. Hoy hace un día espléndido incluso con calor, día que por ejemplo en 2019 ya hubiéramos querido y que esperemos haga el día que podemos volver a lucirnos.
Este año no ha habido estrenos, pero en la sección de Fotos hay una galería con algunas de las que he tirado esta semana a la exposición del Paso Blanco.
Pasen un buen día, salgan con responsabilidad, y…
