Hoy, día de la música, un homenaje a la verdadera música. A la que realmente se siente y a como los artistas les gusta, el directo. Esos directos que tanto echamos de menos, y que parece que aún queda para que volvamos a verlos igual.
Con el paso del tiempo las tecnologías han conseguido cosas buenas y también malas para la música en directo. Buenas, sin duda la posibilidad de poder disfrutar de cientos de directos al alcance de un clic, ver grupos que algunos jamás podremos ver en directo, conciertos que no podríamos ver por la distancia o ver directos que ocurrieron cuando quizá ni siquiera habíamos nacido. Malas, que precisamente esas tecnologías nos hacen disfrutar menos de los conciertos ahora, porque nos los pasamos con el móvil en la mano grabando videos o haciendo selfies para subir a las redes sociales.
Yo también me incluyo, porque no voy a decir que nunca lo haya hecho, pero desde luego que lo evito. Porque un concierto es para vivirlo, para disfrutar del momento, para sentir como la música retumba dentro de ti, para no perderse un detalle de lo que ocurre en el escenario y para tomarse una cerveza disfrutándolo.
Seguro que en internet hay algún video en directo del grupo que has ido a ver, sobre todo si es un grupo grande de los que hay varios conciertos completos. Vale, no es mismo concierto que tu has ido a ver, pero lo que vas a sentir en el momento del concierto no lo vas a sentir viendo los videos que has grabado, porque seguro estabas más pendiente de grabar que de sentirlo. Así que, cuando vayas a un concierto, guarda el móvil y disfruta. Total, si te llama alguien no te vas a enterar.
Y recuerden, un día sin música es un día perdido. Feliz día.